¿Qué es el cielo?, me pregunto cuando el abuelo Manolo me insiste en que aquí, en la escuela, «tenéis el cielo ganao». Ahora creo haber encontrado ese cielo cuando siento que mi trabajo es un regalo: descubrir el sentido de la maravilla, respetarte y aceptarte, cuidar el lenguaje, estar en el aquí y ahora, tener las manos libres, que no «el manos libres», ser intemporal, soltar candados de tu mochila…, constituyen algunos innumerables beneficios que se obtienen trabajando en una escuela infantil.