Infancia y salud. El uso de mascarillas puede afectar el desarrollo del lenguaje y la afectividad en los niños y las niñas

El uso de mascarillas que cubren la boca y la nariz es una de las mejores medidas para prevenir, o cuando menos para reducir, los contagios de sars-CoV-2, el virus responsable de la pandemia de Covid-19. Los niños y las niñas menores de seis años están exentos de la obligación de utilizarlas en espacios públicos o dentro de clase, pero sus maestros sí que las tienen que llevar. La carencia de contacto visual con la boca de los maestros puede alterar la percepción emocional que va vinculada al lenguaje y puede dificultar la adquisición de nuevas palabras y construcciones sintácticas. Se han propuesto dos posibles soluciones complementarias: utilizar pantallas o mascarillas transparentes y concienciar a los padres de la importancia de que hablen con sus hijos e hijas.

Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, muchos países han establecido medidas que obligan a utilizar mascarillas que cubran la boca y la nariz en espacios públicos o en puestos de trabajo donde haya varias personas que se encuentren relativamente cercanas. La lógica de esta medida, por otra parte necesaria por no decir imprescindible para disminuir el índice de contagio social de la enfermedad, es clara: según la mayoría de estudios realizados, si dos personas usan mascarilla homologada y una es portadora del sars-CoV-2, la probabilidad de contagio se reduce más de un 98%. Los niños menores de 6 años, aun así, están excluidos de llevarla, dada la incomodidad que les podría causar y la dificultad que pueden tener los adultos para vigilar que las lleven puestas correctamente en todo momento. Pero cuando están en la escuela, sus maestros sí que deben llevarla puesta, lo cual hace que parte de su rostro quede oculto a sus niños y niñas.

¿Cómo puede afectar que los maestros tengan que llevar mascarilla a los aprendizajes de los niños, especialmente los más pequeños, y en concreto en cuanto a la adquisición del lenguaje? Empieza a haber algunos trabajos científicos que han analizado esta cuestión, que tiene implicaciones muy importantes en educación infantil. Según estos estudios, los cambios que comporta llevar mascarilla en la manera de hablar pueden atrasar y dificultar el aprendizaje de la lengua, además de alterar otros patrones básicos de comportamiento asociados al habla, especialmente los emocionales.

Es fácil darse cuenta de las limitaciones que implica el uso de mascarilla. Los primeros días o las primeras semanas de tener que llevarla, muchos nos sentíamos incómodos. Por una parte, nos hacía el efecto de que respirábamos peor, a pesar de que las pruebas que se han hecho indican que, cuando menos con las homologadas, el flujo de aire es suficiente para no notar ninguna sensación de ahogo, salvo cuando se hace un deporte exigente. Además, el sonido de la voz se amortigua y no podemos ver claramente la expresión facial de las personas con quienes hablamos, lo cual hace que, de manera instintiva, a menudo exageremos la gesticulación que acompaña el habla para mantener la comunicación no verbal. Estas son precisamente las causas principales que pueden afectar al aprendizaje lingüístico y socioemocional en los niños y las niñas, según han detectado los trabajos que se han publicado hasta ahora.

Analicémoslo por partes. Por una parte, el hecho de que la maestra se sienta incómoda llevando mascarilla puede afectar la percepción que los pequeños tienen de los aprendizajes en general y de la escuela en particular. El motivo es el siguiente: cuando hay que hablar mucho rato seguido o cuando hay que impostar la voz, una estrategia pedagógica muy común que ayuda a captar y mantener la atención de las niñas y los niños, la incomodidad que la mascarilla puede causar se trasluce en la mirada, en el tono de voz y en los gestos que acompañan el habla. También se refleja en la expresión del rostro, pero esta queda parcialmente oculta detrás la mascarilla. Esta incomodidad es captada por los niños de manera preconsciente, a través del llamado sistema de neuronas espejo. Las neuronas espejo permiten reflejar internamente aquello que vemos hacer a las otras personas, por lo cual se encuentran en la base de los aprendizajes por imitación. También permiten captar el estado de ánimo y emocional de las otras personas. En este contexto, hay la posibilidad de que el cerebro de niños y niñas relacione la incomodidad que puede generar la mascarilla en los maestros con el hecho de tener que estar con ellos o de encontrarse dentro de la escuela, y no con llevar la mascarilla, lo cual les puede generar una concepción equivocada sobre el aprecio y el respeto que los maestros tienen y han de tener por sus criaturas. Dicho de otra manera, preconscientemente pueden tener la sensación de que quien resulta incómodo para los maestros es su presencia o el hecho de estar dentro de una escuela, lo cual podría afectar la percepción futura que tendrán respecto de los aprendizajes.

“Cuando un niño ve
cómo se mueve la boca
de una persona
para decir una palabra
o construir una frase,
su cerebro integra
con mucha más facilidad
estos movimientos
y el significado
de la palabra”

Volvamos a la adquisición del lenguaje, que es una de las actividades cognitivas más importantes de los niños y las niñas. Cuando un niño ve cómo se mueve la boca de una persona para decir una palabra o construir una frase, su cerebro integra con mucha más facilidad estos movimientos y el significado de la palabra por simple imitación a través de la función de las neuronas espejo. El cerebro relaciona los sonidos de cada palabra y de cada frase con los movimientos de la boca, y también con la expresión facial y la gesticulación general. Por lo tanto, como indican los autores de estas investigaciones, el hecho de que los maestros lleven mascarilla puede dificultar el aprendizaje correcto de vocabulario y de expresiones nuevas, dado que no podrán relacionar con tanta facilidad los sonidos con los movimientos de la boca. Para poner un ejemplo que posiblemente todos hayamos visto, es muy habitual que niños y niñas, en la etapa preverbal o cuando aprenden a hablar, miren atentamente la boca de las personas que hablan e incluso intenten tocarla con sus deditos, para interiorizar de forma preconsciente estos movimientos y relacionarlos con los sonidos y los significados correspondientes. Es una actividad instintiva, pero muy importante para el desarrollo del lenguaje.

Como he dicho, la adquisición de un vocabulario básico que se va ampliando constante y progresivamente, y también el aprendizaje de toda una serie de estructuras gramaticales que permiten expresar conceptos cada vez más complejos, va acompañado de un largo elenco de expresiones faciales, gesticulaciones y tonos de voz que no solo afectan el significado preciso de cada palabra o expresión, sino que sobre todo matizan y transfieren emocionalidad y significatividad a aquello que se está diciendo. En este sentido, el uso de mascarillas amortigua la voz, por lo cual se pueden perder sutilezas de la entonación que dificulten la integración de las nuevas palabras y estructuras gramaticales con la emocionalidad que acompaña la expresión oral. También dificulta, como se ha dicho varias veces, visualizar las expresiones faciales, que son muy importantes para la comprensión global del significado de las palabras y de las frases, a través del lenguaje no verbal. Y esto incluye las gesticulaciones corporales, que cuando llevamos mascarilla tendemos a exagerar de manera preconsciente como mecanismo compensatorio, lo cual puede hacer que, por imitación, también se vuelvan más exageradas en los niños y las niñas. Además, como indican de manera explícita algunos de estos trabajos, todos estos efectos pueden ser especialmente importantes en los niños que presentan algún tipo de déficit auditivo. Aun así, lo que todavía no se sabe es hasta qué punto estos posibles efectos tendrán consecuencias en el tiempo o si se podrán reducir. Para saberlo hay que esperar que pase el tiempo.

“Lo que todavía no se sabe es hasta qué punto
estos posibles efectos tendrán consecuencias
en el tiempo o si se podrán reducir.
Para saberlo hay que esperar
que pase el tiempo
.”

Por eso, para intentar compensarlo desde el primer momento, se han propuesto dos alternativas complementarias. La primera es que los maestros puedan llevar una mascarilla transparente dentro de clase, sabiendo que no es ni mucho menos tan efectiva para evitar la transmisión del sars-CoV-2 como las que cubren la nariz y la boca, pero que permitiría a los niños y las niñas captar con más claridad las sutilezas de la expresión facial, los movimientos de la boca y la entonación, al mismo tiempo que disminuiría la sensación de incomodidad de los maestros. O, alternativamente, utilizar mascarillas que tengan la parte central transparente. Y, en paralelo, concienciar a los padres de la gran importancia que tiene que hablen con sus hijos en un ambiente relajado, mirándolos a la cara, para suplir la carencia de contacto visual que pueden tener con sus maestros, a la vez que ampliar el vocabulario y las construcciones gramaticales para trabajar el lenguaje y la emocionalidad que llevan asociados. 

David Bueno, director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1ST, profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universidad de Barcelona.

Bibliografía
Charney, S. A., S. M. Camarata i A. Chern: «Potential impact of the covid-19 pandemic on communication and language skills in children”, Otolaryngol. Head Neck Surg., 194599820978247, 2020.
Goldin, A., B. E. Weinstein i N. Shiman: “How do medical masks degrade speech perception?», Hear Rev., núm. 27(5), 2020.
Scott, L. S.: “Clear masks for caregivers mean young children can keep learning from adults’ faces”, The Conversation, 139432, 2020.

Subscriu-te al nostre butlletí!

Vols rebre informació sobre totes les novetats formatives i activitats de l'Associació?
Subscriu-t'hi!

Escoles/Universitats amigues

Ets un centre educatiu que vol participar i cooperar amb equips de mestres compromesos amb la millora de l’educació a Catalunya?
Associa't i forma part de la xarxa!