Foto: https://ilteatrodellamemoria.com/
Ayer, 3 de noviembre de 2025, nos dejó Mariano Dolci, titiritero, pedagogo y formador de maestros vinculado a las escuelas de Reggio Emilia. Figura clave en la renovación del teatro educativo, Dolci transformó el teatro de títeres y de sombras en un lenguaje expresivo para acompañar los niños y niñas —y también los adultos— a comprender y narrar el mundo.
Matemático de formación, descubrió en el teatro una manera de unir arte, educación y vida cotidiana. Durante décadas dirigió el Laboratorio Gianni Rodari, parte de la experiencia educativa 0-6 de Reggio Emilia, y colaboró estrechamente con Loris Malaguzzi. Su libro Garabatos teatrales es un testigo de esta investigación constante sobre como los niños hacen teatro desde las primeras formas de juego.
Muy vinculado a Cataluña y a la Associació de Mestres Rosa Sensat, Dolci recibió el 2017 el galardón Marta Mata en reconocimiento a su diálogo profundo con la lengua y la cultura catalanas, y por su trabajo con maestros y escuelas de nuestro país.
El mundo educativo pierde una voz lúcida, tierna y esencial: la de una persona que supo ver, detrás cada niño y niña, un creador en potencia.


