Educar de 0 a 6 años. Tecnología digital, infancia y familia Resultados de un informe nacional

Sabemos que la tecnología entra en la vida de los niños y las niñas a través de la familia. Es en el hogar donde los más pequeños tienen al alcance una gran diversidad de dispositivos digitales, que exploran con la mediación de sus padres, tutores, hermanos u otros familiares, adultos y pequeños. Pero lo que no sabemos es cómo se desarrolla esta mediación, ni cuáles son los factores socioculturales o ideológicos que la influencian, ni tampoco cómo los miembros de la familia dan sentido a la tecnología.

El informe para Espa­ña titulado Young Chil­dren (0-8) and Digi­tal Technology (Mit­suko et al., 2016) pretende ser una primera fotografía del rol que la tecnología está adquiriendo en la vida de los niños y las niñas de 0 a 8 años, además de un estímulo para fomentar la investigación sobre este fenómeno a escala estatal. La investigación es fruto de un trabajo de campo basado en entrevistas a familias, que ha sido coordinado por David Poveda –Universidad Autónoma de Madrid– y Cristina Aliagas –Universitat Pompeu Fabra y Universitat Autònoma de Barcelona–, en el cual han participado varios investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid –Mitsuko Matsumoto, Marta Morgade y Cristina Roncero– y de la Universitat Autònoma de Barcelona –Cristina Correro–. El informe forma parte de una investigación pionera en Europa coordinada por Stephane Chaudron desde el Joint Research Centre de la Comisión Europea y el Instituto de Protección y Seguridad de los Ciudadanos en el marco del proyecto institucional ecit –Empowering Citizen’s Rights in Emerging ict–. La investigación en Europa cuenta con la participación de dieciséis países, cada uno de los cuales ha entrevistado un mínimo de diez familias.

¡Muchas preguntas!

Son muchos los interrogantes acerca de las consecuencias que tiene el uso de Internet y de los dispositivos tecnológicos por parte de los niños y niñas. En el estudio que llevamos a cabo intentamos empezar a responder a las tres preguntas siguientes, que son claves para entender cómo los niños y las niñas de 0 a 8 años se apropian de la tecnología en su vida:

a) ¿Cómo emplean las tecnologías en línea los menores de 8 años?

b) ¿Cómo se perciben las tecnologías digitales por parte de los diferentes miembros de la familia?

c) ¿De qué maneras los padres gestionan los usos tecnológicos de sus hijos? ¿Qué estrategias adoptan? ¿Son constructivas o restrictivas?

¿Cómo lo hemos hecho?

El informe estatal se basa en el análisis de las entrevistas a once familias, con al menos un niño de 6 o 7 años, seleccionadas en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, con la intención de tener una muestra diversa en cuanto a los modelos familiares y las condiciones socioeconómicas. En cada visita, que duraba entre una hora y media y dos horas y media, la recogida de datos se hacía a través de tres actividades con los niños: una actividad con pegatinas a través de la cual el niño explicaba cómo era un día en su vida; una vuelta por la casa en la que el niño nos enseñaba sus actividades preferidas en cada espacio –en el comedor, en su habitación, en la cocina, etc.– y una entrevista con el apoyo de material visual en forma de cartas en que el niño clasificaba los dispositivos según si le gustaban mucho, bastante o nada. La visita se cerraba con una entrevista a los padres.

¿Qué hemos visto?

Los usos de la tecnología por parte de los niños

Con la primera pregunta de investigación queríamos saber cómo los niños y las niñas menores de 8 años usan las tecnologías individualmente, cuáles son las tecnologías que tienen al alcance, cuáles prefieren, para qué las emplean y cómo han aprendido a interactuar. El estudio ha mostrado algunos datos interesantes que recogemos a continuación.

• Los niños y niñas menores de 8 años viven en hogares ricos en tecnología, y los ingresos globales de la familia parece que tienen poco impacto en el número de dispositivos que los niños tienen al alcance.

• El televisor es el dispositivo más utilizado, pero la tableta es el dispositivo más popular. Lo que a los niños y las niñas les gusta de la tableta es que la pueden utilizar de manera autónoma; les gusta el hecho de que sea relativamente pequeña, portátil, y también que admita una gran diversidad de actividades y contenidos. Además, todas las familias tienen al menos un móvil inteligente, que es propiedad del adulto y que tiene una contraseña para que los más pequeños no puedan usarlo. Los padres consideran los móviles inteligentes un dispositivo de auxilio o socorro para mantener al niño entretenido u ocupado, especialmente en situaciones estresantes o de viaje.

• El primer contacto con la tecnología acontece muy pronto en la vida de los niños, a menudo entre el año y los dos años de vida. En concreto, los niños que tienen hermanos mayores o padres muy fans de la tecnología tienen experiencias de contacto con la tecnología antes, incluso durante los primeros meses de vida.

• El uso que los niños y las niñas hacen de la tecnología es muy individual. La utilizan básicamente para entretenerse y relajarse. Sus actividades preferidas son ver vídeos en Youtube y jugar, y esto los lleva a concebir Internet básicamente como Youtube y PlayStore, cosa que supone un cambio con respecto a la generación anterior, que solía identificar Internet con Google.

• Los niños, más que consumidores pasivos de la tecnología, eligen dispositivos y contenidos con un cierto criterio que a menudo está marcado por sus intereses individuales, sus pasiones. Por ejemplo, la afición por hacer pulseras los lleva a preferir el iPad, donde pueden acceder a Youtube; la pasión por el baile los lleva a preferir el televisor –radio y mtv– y el iPad (para buscar y ver los vídeos musicales que les gustan); la pasión por un deporte los lleva a la Wii.

• Las actividades digitales de los niños y las niñas alimentan juegos no digitales o a la inversa. Por ejemplo, los niños fascinados por Minecraft o Lego suelen tener varias versiones digitales y tradicionales de estos juegos.

• En España, solo en casos muy excepcionales los niños y las niñas utilizan redes sociales como Whatsapp o Facebook. En Europa, en cambio, la proporción se invierte.

Percepciones alrededor de la tecnología

Con la segunda pregunta de la investigación queríamos saber si padres e hijos perciben las tecnologías del mismo modo, si lo hacen en clave de riesgo o en clave de oportunidad, y qué les conduce a construir estos puntos de vista.

En cuanto a los niños y niñas, hemos visto que:

• Se sienten atraídos por la tecnología desde muy pequeños –al año–, y que la tecnología pasa a ser una parte natural de sus vidas enseguida, tan natural que no se paran a pensar qué es la tecnología: simplemente la usan.

• Ven la tecnología asociada al mundo del adulto y como una oportunidad para crecer, sentirse libres y mayores, percepción que explica el cierto fracaso de las tabletas educativas hechas a medida, de las cuales se cansan; prefieren la del adulto.

• Son conscientes de que los dispositivos tienen propietario, y tienen claras cuáles son las posibilidades de acceso para cada dispositivo (concretadas en forma de barreras físicas, contraseña o normas) y qué les puede aportar (por ejemplo, lectura, juego, comunicación con otros, etc.).

• Ven los dispositivos digitales como juguetes o actividades, independientemente del entusiasmo o el vínculo emocional que desarrollan (en este sentido, nos hemos encontrado a muchos niños y niñas que no clasifican los dispositivos como indispensables o como sus juegos preferidos, sino que los consideran como parte de la actividad, como bailar, pintar o jugar a fútbol).

Por otra parte, en cuanto a los padres, hemos visto que:

• Consideran que la tecnología les da herramientas que los benefician tanto en el ámbito profesional como en el ámbito privado de la comunicación, la socialización y el entretenimiento.

• Hablan en clave positiva de la tecnología en la vida de los hijos y la describen como una herramienta útil para relajarlos y para aprender, y por eso hacen inversiones en tecnología, incluso las familias más desfavorecidas socioeconómicamente.

• Reconocen que la gestión de la tecnología en la vida de los niños y las niñas es todo un reto, pero lo aceptan porque consideran que la tecnología es «inevitable», y es paradójico que, a pesar de la visión positiva, limiten el acceso y el uso de la tecnología a los hijos.

• Perciben la tecnología como un elemento en competición con las actividades tradicionales, como los juegos de mesa u otras actividades al aire libre o en contacto con otras personas, animales o la naturaleza.

• Lo que más los asusta es Internet, donde creen que pierden el control de lo que hace su hijo. Y lo que más los preocupa son los problemas físicos –afectaciones a la visión–, los desórdenes cognitivos y el impacto en el estado emocional –frustración, aislamiento, etc.

La función familiar de la tecnología y la mediación de los padres

La tercera pregunta de la investigación describe el papel que las tecnologías tienen en la vida en familia, qué prácticas y dinámicas familiares se construyen alrededor de la tecnología. Sobre este aspecto, el estudio ha evidenciado que raramente la tecnología digital es el centro de una actividad familiar compartida, con excepciones como ver un vídeo, una película y a veces –sobre todo entre niños y padres– jugar a algún juego.

La cuarta pregunta de la investigación se focaliza en las estrategias de mediación de la tecnología por parte de los padres, para ver si son más constructivas o más restrictivas, y ver de qué dependen estos planteamientos de gestión familiar de la tecnología.

Después de analizar la mediación parental de la tecnología en las familias participantes, hemos visto que:

• La percepción de los padres en cuanto a la tecnología tiene una influencia muy fuerte en el uso que el niño hace de los dispositivos y los contenidos que consume. Por ejemplo, si los padres no han conseguido ser lectores de libros digitales, no fomentan aplicaciones de literatura digital infantil en sus hijos y reservan la lectura para los libros en papel; en cambio, si les gusta mucho el tenis o el golf, fomentan aplicaciones o juegos relacionados con esta actividad.

• Los padres y las madres no siempre comparten percepciones o actitudes en cuanto a la tecnología, y esto hace que a veces no tengan normas o estrategias de gestión consensuadas.

• Las estrategias de mediación de los padres tienden a ser restrictivas, no activas, y consisten en limitar el tiempo de uso, el espacio y el contenido. Esto lo hacen controlando los contenidos, las descargas, vetando el acceso en la red a determinadas funciones de los dispositivos o apuntando a los hijos a actividades extraescolares. Esta restricción los lleva a crear un espacio de uso con pocos riesgos, para garantizar que los hijos viven mundos tecnológicos muy seguros, hecho que les da tranquilidad.

Algunas reflexiones finales

A pesar de que se trata de un estudio exploratorio, el análisis de los datos nos conduce a algunas reflexiones o recomendaciones. Hay que fomentar los espacios sociales en familia centrados en la tecnología, como juegos familiares o actividades, para que la reflexión sobre el mundo digital sea un elemento natural. Es importante fomentar la autoregulación tecnológica lo antes posible, aunque sea una tarea pesada y parezca imposible de conseguir. Hay que tener en cuenta que la tecnología digital cambia rápidamente y, en este sentido, es bueno introducir la idea de que algunas reglas pueden ser provisionales y que están abiertas a la modificación.

Finalmente, sobre el tipo de mediación tecnológica que predomina, hay que tener en cuenta que estas estrategias tan restrictivas están dejando para más adelante la reflexión sobre la seguridad en la red, para cuando los niños sean adolescentes o empiecen a abrir cuentas en las redes sociales. La consecuencia de vetar la conectividad de los dispositivos para que el niño no pueda interactuar con otras personas sacrifica una de las características más distintivas de estos dispositivos, además de posponer las experiencias en línea de los niños que seguro que se encontrarán en un futuro.

La nueva recogida de datos con las mismas familias que estamos llevando a cabo nos permitirá hacer un análisis longitudinal de la evolución de los usos, prácticas y valores de la tecnología en la vida de los niños.

Cristina Aliagas, de la Universitat Pompeu Fabra, y David Poveda,
de la Universidad Autónoma de Madrid, coordinadores del
informe
Young Children (0-8) and Digital Technology.

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