Una mirada a las rutinas cotidianas

Birthe Hedegaard Jensen
Directora de Junibakken (escuela infantil de 0 a 6 años), Aarhus, Dinamarca. Máster en Estudios Pedagógicos.

Según describe la escuela infantil Bellmunt de Barcelona, el momento de la comida en una escuela infantil es algo más que una mera cuestión de saciar a los niños. Se trata de un espacio de aprendizaje para desarrollar su autonomía, su lenguaje, sus relaciones y sus capacidades motoras, así como competencias de acción para aprender a comer solos. En una escuela infantil se pone especial atención a la presencia del niño, al cuidado y el contacto físico, por ejemplo durante las comidas. En este sentido, se otorga mucha prioridad a la relación entre la maestra y el niño o la niña. Durante una visita a la escuela infantil Bellmunt, pude presenciar una comida típica en una escuela catalana, que en muchos aspectos se parecía a una comida en una escuela danesa. Sin embargo, en general cabe decir que la comida en Bellmunt es mucho más importante en términos de cultura y valor que en una escuela danesa.

Lo que se sirve es una comida principal sólida, que consta de varios platos pequeños. Los niños hacen turnos para comer en la mesa. Los más pequeños se sientan en el regazo de las dos estudiantes que ofrecen refuerzo cada día a la hora de comer. Los niños mayores comen en una mesita con una maestra. Incluso los muy pequeños, de 1 a 2 años, comprenden que deben esperar su turno. Mientras no les corresponde comer, los niños juegan en otra sala. De vez en cuando se acercan a la mesa, charlan un poquito con la maestra y vuelven a su juego. La comida se prolonga bastante, ya que se desarrolla a un ritmo tranquilo y en tres turnos. Se otorga mucha importancia al contacto físico entre los niños más pequeños y los adultos.

En una escuela infantil danesa, los niños también suelen comer en grupos pequeños, pero normalmente todos a la vez. Una vez preparadas las mesas para comer en la sala, se sitúan todos los niños listos para comer. En cuanto una criatura es capaz de sentarse sola, se la instala en una silla alta al lado de un adulto. Normalmente la comida la trae una empresa de cáterin. En los centros daneses, los niños comen normalmente un bocadillo del pan integral de centeno típico de Dinamarca, y son las familias quienes les dan la comida caliente en casa por la noche.

Así pues, hay una diferencia considerable entre la estructura de las comidas en Barcelona y Dinamarca. Y también respecto a la importancia de la comida. Sin embargo, en ambos países la comida parece –idealmente– un momento de calma caracterizado por un estado de ánimo agradable, presencia, cuidados, relaciones, diálogo y desarrollo de habilidades significativas (beber de un vaso, comer autónomamente, probar nuevos sabores). En los centros daneses hemos experimentado y probado varias maneras de realizar las comidas. En algunos lugares, muchos niños comen a la vez en una sala común, mientras que en otros sitios los niños comen de una fiambrera al aire libre, llueva o nieve. Con los años, hemos experimentado la importancia de la estructura y el diseño interior en relación a la pedagogía, y nos hemos alejado de la psicología del desarrollo tradicional, donde la pedagogía se da en la relación entre la maestra y el niño.

En cuanto a la teoría, en Dinamarca nos hemos inspirado mucho en Dion Sommer y el estadounidense Jerome Bruner, que en la década de 1990 ampliaron el concepto tradicional de cuidados más allá de una simple relación entre educador y niño. Actualmente, el término “cuidados” se considera en mayor medida en las rutinas y las situaciones cotidianas.

Como ejemplo, los cuidados del niño o la niña pueden dividirse en dos ámbitos:

  • Los cuidados relativos a las rutinas y las estructuras.
  • Los cuidados en el encuentro entre la maestra y el niño.

Resulta interesante ver si las maestras organizan una estructura y una rutina concretas según unos valores determinados, desde la perspectiva de un niño particular, o simplemente desde las necesidades prácticas, o sea, con tal de que el centro sobreviva al ajetreo diario. Claro que la práctica pedagógica debe funcionar, pero puede resultar gratificante para el equipo analizar si una estructura concreta se sustenta en unos valores bien reflexionados o bien en unas prácticas habituales menos reflexivas basadas en lo que funciona mejor en la práctica. En Dinamarca, recientemente hemos llevado a cabo un debate profesional positivo y constructivo sobre lo que está pasando en lo que podríamos denominar la transición de la institución infantil. ¿Qué sucede –educativamente– en la transición de una actividad a otra? En concreto, ha sido necesario centrarse en estas transiciones tras realiza

En los esfuerzos por crear contenido y resultados relacionados con el currículo educativo, podemos perder fácilmente de vista la pedagogía en las pequeñas situaciones del día a día: las comidas, vestirse para salir, la transición de una situación a otra –la transición de una actividad a la comida, de la comida al sueño.

Por esta razón es interesante poner una mirada reflexiva a estas rutinas cotidianas para ver si hay presencia, autonomía, empatía, cuidados y trabajo relacional en las muchas situaciones inesperadas que niños y adultos viven a lo largo del día. Situaciones que se dan también al día siguiente. A menudo pensamos en el aprendizaje en relación con los temas del currículo, pero ¿qué tipo de aprendizaje caracteriza las pequeñas rutinas diarias, como las comidas?

Hay aprendizaje en todas estas pequeñas rutinas cotidianas: cuando nos comunicamos con el niño o niña, cuando jugamos, cuando hacemos cosas insignificantes juntos, cuando cambiamos pañales, cuando nos vestimos para salir, cuando implicamos a los niños en labores prácticas, etc. Seguramente los currículos futuros se centrarán en mayor medida en crear un entorno de aprendizaje, más que en hablar sobre aprender mediante unas actividades organizadas concretas. Al hacerlo, rechazamos la idea de que el aprendizaje solo se produce en unas pocas horas de actividad por la mañana.

Birthe Hedegaard Jensen, directora de Junibakken (escuela infantil de 0 a 6 años), Aarhus, Dinamarca. Máster en Estudios Pedagógicos.

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