Experiencias. Transformando un espacio posible

Síntesis
El presente artículo expresa el proceso de transformaciones que viene realizando el Centro CAIF Padre Víctor en relación a su estructura edilicia buscando, a partir del mismo, dar respuestas a las necesidades e intereses de niñas y niños en consonancia con una propuesta educativa que favorece su protagonismo.

Introducción
El Plan CAIF1 es una política pública que el Estado uruguayo diseñó en el año 1988 y que promueve la promoción y protección de derechos de niñas y niños entre 0 y 3 años de edad a través de la implementación de dispositivos de atención directa y acompañamiento a las familias, cogestionados por Organizaciones de la Sociedad Civil o Cooperativas y Fundaciones. Actualmente este Plan tiene una cobertura que alcanza a 88.627 niñas y niños2,
en 462 Centros distribuidos en todo el país.

El CAIF Padre Víctor funciona desde el año 2014 y se encuentra gestionado por la Asociación Civil Congregación Hermanos Misericordistas del Uruguay. Se ubica en la zona del Municipio D de la ciudad de Montevideo, en el barrio Las Acacias. Dicho territorio se encuentra dentro de los más vulnerables del Departamento, contando con un 40%3 de su población con, al menos, una Necesidad Básica Insatisfecha.

Antes de la implementación de este dispositivo, la Asociación Civil contaba con una presencia territorial de más de 30 años a través de diversas iniciativas educativas y sociales que respondían a las necesidades de la comunidad.

Actualmente acompaña a una población de 118 niñas y niños y sus familias en dos Programas: Experiencias Oportunas, para niñas y niños de 0 a 2 años; y el Programa de Educación Inicial, para niñas y niños de 2 y 3 años.

Dicho Centro viene preguntándose, desde su origen, cómo ofrecer experiencias educativas de calidad. Dentro de estos interrogantes, el espacio físico es una dimensión relevante en la medida que habilita la concreción de un ambiente que “interactúa, se modifica y [toma] forma en relación con los proyectos y experiencias de aprendizaje de niños y adultos y a través de un constante diálogo entre arquitectura y pedagogía” (Reggio Children, 2011, p. 13).

El presente artículo recorre la experiencia del CAIF en relación al trabajo desarrollado para intervenir en los espacios exteriores del Centro, buscando favorecer múltiples oportunidades de aprendizajes para niñas y niños en situación de vulnerabilidad.

En un primer apartado se describirá el conjunto de situaciones que da origen a las intervenciones realizadas en el espacio físico. En un segundo apartado se profundizará en los procesos desarrollados por el equipo de trabajo, para definir las áreas y estrategias de transformación del espacio. Finalmente se dará cuenta de algunas de las intervenciones realizadas y los criterios que se tuvieron en cuenta al momento de diseñarlas e implementarlas.

El origen de las intervenciones realizadas
El CAIF Padre Víctor desarrolla una propuesta educativa que concibe a niñas y niños como sujetos de derechos, personas activas y poseedoras de las capacidades para su desarrollo; constructores y protagonistas (Rinaldi, 2001). Sabiendo que cada contexto familiar es particular, y que esta diversidad es fuente de riquezas y desafíos educativos, se plantea un enfoque que recupere la singularidad de cada persona atravesada por las características propias de la etapa vital en la que se encuentran. Cada niña y cada niño disfruta del aprendizaje y construye sus propios modos para hacerlo.

Desde el equipo de trabajo se desea alentar una propuesta educativa que tome, como punto de partida fundamental, esta mirada respecto de las infancias. Para ello se diseñan e implementan espacios de juego que invitan a desplegar su interés y curiosidad, así como también reconocibles y próximos a sus experiencias previas convocando a la investigación. Son espacios que les permiten desenvolverse con autonomía.

Sin embargo, independientemente de este enfoque, las instalaciones del Centro no contaban, en sus inicios, con características que favorecieran esta propuesta. La construcción en la que funciona no había sido diseñada específicamente para la primera infancia y a lo largo de los años se fueron realizando una serie de adaptaciones para que el espacio físico favoreciera el desarrollo de propuestas educativas de calidad.

Dichas adaptaciones fueron fruto de una escucha atenta a las infancias y sus familias, percibiendo necesidades e intereses que la comunidad educativa y barrial presentaban. Entre ellas se observaba la escasez de espacios al aire libre en el barrio, la falta de lugares de esparcimiento, y la falta de oportunidades de contacto con la naturaleza.

La vida cotidiana daba cuenta del disfrute de niñas y niños en los lugares exteriores del Centro y de la oportunidad que generaba el movimiento y el juego al aire libre en el desarrollo motriz, emocional, sensorial y relacional. Estas situaciones motivaron al equipo de trabajo a problematizar los espacios físicos exteriores y pensar en posibles alternativas para potenciarlos.

Proceso de trabajo
El proceso que llevó a la transformación del espacio implicó, inicialmente la generación de instancias de intercambio en el equipo de trabajo para reflexionar sobre las oportunidades y desafíos que presentaban los espacios físicos en el CAIF. Cabe destacar la apertura y el trabajo en conjunto con el equipo de gestión y la Asociación Civil para acompañar y habilitar el diseño de lugares poniendo en el centro las necesidades e intereses de niñas y niños.

La búsqueda de material bibliográfico, la visita a otros centros educativos, el trabajo en equipo con profesionales del mundo de la arquitectura, diseño y paisajismo, la investigación de materiales, y el ensayo de diferentes bocetos fueron claves relevantes del proceso.

Dentro de las intervenciones realizadas, se destaca la inclusión de un espacio físico que habilitara el encuentro con la naturaleza. Un lugar de conexión con la polisensorialidad: la tierra en sus diversos estados, la luminosidad que regala el Sol, los animales pequeños y minúsculos que pueblan el lugar, los aromas y colores de las plantas, sus frutos y semillas, la brisa que mueve el pasto y las ramas de los árboles, los sonidos del viento y de los insectos. Este espacio “Misterios del jardín” se concreta en la adquisición de un jardín lindero a la construcción del centro.

Por otro lado, se logró resignificar un pasillo exterior que conectaba las diversas salas y patios del edificio original. Con la intención de favorecer la interconexión del afuera y el adentro, de permitir la apropiación de todos los lugares, por parte de niñas, niños y familias, de permanecer en espacios al aire libre, se logra la conquista del lugar. Se pasa de un lugar de tránsito, de mera circulación, a la concreción de un nuevo espacio de juego “A cielo abierto”. Ahora el pasillo da oportunidad de proponer diversos contextos de aprendizaje. Desde el punto de vista arquitectónico, para concretar esta idea, se modificó el piso de manera de nivelarlo y ofrecer mejores condiciones para habitarlo.

Finalmente, se produjo la transformación del espacio de patio. Se realizaron variadas instancias de intercambio donde se compartieron miradas en torno a las necesidades, los objetivos y las intenciones de ese espacio de juego. Para el diseño de esta área se convocó a un equipo de arquitectos especializados en la creación de espacios para la primera infancia y se trabajó de manera articulada en la concreción del mismo. Se convirtió en el “Espacio Vivo” donde diferentes lenguajes comulgan para dar lugar al movimiento, a la sensorialidad de la arena y el agua, al refugio, al escondite.

Protagonismo, versatilidad y belleza: claves para la transformación
Este tiempo de revisión y resignificación de los espacios exteriores permitió caer en la cuenta de la necesidad de entablar vínculos entre la práctica educativa y el diseño de los espacios. Viene siendo un proceso de aprendizaje, discusión, formación y construcción colectiva que permanece en movimiento.

Lugar físico del patio previo al proceso de transformación

Una clave para impulsar la transformación tiene que ver con la versatilidad de los espacios, en la medida en que se entiende que:

(…) el espacio es algo vivo y en continua transformación. Pensemos en él como un lugar flexible en continuo cambio, que se adapta a las necesidades; espacios para la incertidumbre, para la sorpresa, para la transgresión, que se modifican y que en definitiva evolucionan con quienes lo habitan. (Trueba, 2015, p. 60)

El proceso realizado tuvo un conjunto de marchas y contramarchas. Por momentos se avanzó, por momentos fue necesario detenerse y revisar lo previsto. Sin embargo,
siempre se impulsó con la intención de articular lo ideal con lo posible: la clave no está en diseñar un espacio “ideal”, porque si se es fiel a lo que niñas y niños necesitan, el espacio debe transformarse y brindar infinidad de posibilidades, singularidades y subjetividades. Lo posible es adaptarse a la realidad, y pensar cómo hacer que las niñas y niños, en su realidad cotidiana, puedan habitar y apropiarse del espacio.

Finalmente, cabe hacer una mención respecto de la importancia de la estética y la belleza en la disposición de los espacios. En este sentido la atelierista italiana Vea Vecchi en el prólogo del libro “La estética en el pensamiento de Loris Malaguzzi” de Hoyuelos (2013) sostiene que es necesario que exista en los espacios:

Una actitud cotidiana, una relación empática y sensible con el entorno, un hilo que conecta las cosas entre sí, un aire que lleva a preferir un gesto a otro, a seleccionar un objeto, a elegir un color, un pensamiento; elecciones en las que se percibe armonía, cuidado, placer para la mente y para los sentidos. La dimensión estética presupone una mirada que descubre, que admira y se emociona. (pp. 15-16)

Las claves presentadas son, para el equipo de trabajo del CAIF Padre Víctor, hallazgos en los que se logró descubrir de qué manera el espacio físico se integra con la propuesta educativa desde nuestra mirada sobre las infancias.
El desafío principal a futuro, es profundizar en esta línea de trabajo a través de la tarea cotidiana y las instancias de formación que posibiliten la continua transformación a lo largo del tiempo.

ED. Paola Di Stéfano,
Mtra. Carolina Lorenzo,
Mtra. Natalia Porcelli,
Mag. Cecilia Sander
Ilustración: Ed. Paola Di Stéfano
Fotografías: Ed. Mikaela Novo, Ed. Stephanie Barboza,
Lic.Santiago Pittamiglio y Pichón.uy

Notas:
1. Centro de Atención a la Infancia y la Familia.
2. Datos extraídos de la Memoria Anual 2021 realizada
3. Datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística 2011 por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay.

Referencias bibliográficas:
• Hoyuelos, A. (2013): La estética en el pensamiento y obra pedagógica de Loris Malaguzzi. Barcelona: Octaedro-Rosa Sensat.
• Reggio Children. (2011): Reglamento Nidos y Escuelas de la Infancia del Ayuntamiento de Reggio Emilia. Reggio Emilia: Reggio Children.
• Rinaldi, C. (2006): En diálogo con Reggio Emilia: escuchar, investigar, aprender. Lima: Grupo Editorial Norma S.A.C
• Trueba, B. (2015): Espacios en armonía. Barcelona: Octaedro-Rosa Sensat.

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